Sí, se que puede resultar algo extraño
creer que un gesto tan sencillo, puntualizando lo de sencillo claro,
puede salvarte la vida, pero lo es.
Dejadme que les cuente una historia,
bueno, un trocito de historia, bueno, un trocito de un trocito de
historia, vamos, que lo vi en la tele, que fue algo que dijeron los
medios:
Una chica fue salvada en una catástrofe
en Asia de entre las ruinas en las que quedó transformada su casa,
no se si por tormentas, diluvios, avalanchas o terremotos. De esto
hace ya un tiempo. El caso es que gracias a que la chica movió sus
pies descalzos, los rescatadores vieron el reflejo del brillo del
color del pintauñas y no solo la encontraron, si no que supieron que
estaba con vida, con lo que imagino actuaron con mas cuidado si cabe.
(Un hurra por todos esos héroes que nos rodean! ¡Hurra!).
Hasta aquí todo correcto. Es algo
cierto o al menos con gran parte de veracidad, espero. Y ahora ¿qué?
Asocia, asocia tú ahora esto a la vida diaria.
Cuando se ha llevado una vida
complicada y con complicada no me refiero a vidas llenas de
adicciones, tragedias sobrehumanas o dramas atroces,(que por supuesto
que lo son, pero a otro nivel), me refiero a una vida con cárceles
interiores, donde son nuestros propios miedos, dudas y ganas de
hacernos daños a nosotros mismos las que rigen toda nuestra
existencia.
Ahí vamos, ¿os identificáis? Seguro
que si, seguro que no lo admitís, seguro que puede que creáis que
con vosotros no va la cosa, claaaaaaaaaaaaaaro.
Por qué dejamos que el tiempo pase sin
valor para nosotros, por qué sólo cuando pasan las cosas y las
perdemos valoramos lo que pudo ser y no fue.
En este punto me encuentro, amigos,
perdonadme si soy confusa, perdonadme si no me entendéis, perdonadme
si no me entiendo ni a mi misma, siempre he sido alguien complejo,
siempre.
Y ahora lo veo, ahora lo entiendo,
ahora tengo que empezar a aceptarlo: el problema no son los demás,
el problema no son las excusas, el problema no es lo de fuera, el
problema está en mi, en que no acepto lo que hay (y lo que no hay).
Hay muchisisisimas cosas buenas en mi,
(dios, sabe lo que me cuesta reconocerlo), soy una gran persona y
entonces, por qué evalúo mi vida solo con lo malo, con lo que no
tengo, con lo que no hice, con lo que no dije, con lo que no soy, o
creo no ser….
Pues supongo que porque es más cómodo.
Amargón= atracón de dulce = llorera monumental = como nueva.
Ahora bien, se acabó, ya vale de toda
esta miseria interior, píntate las uñas de los pies, que es
hortera, pues si, que queda mono, pues si, que hace frío y no se me
ven, pues también pero, amigas, os puedo asegurar que la reacción
que provoca en mí cuando llego a casa, agotada, desanimada, con
ganas de llorar, triste, desolada, el hecho de quitarte un calcetín
oscuro y ver las uñitas de los pies rojo frambuesa es…… algo
maravilloso, una ligera sonrisilla, una leve sensación de vergüenza,
un gesto con la cabeza de ¡que pintas! Si, todo esto, más
seguramente, se resume en una nueva y pequeña sensación de
bienestar, de no dejarse caer, de sonreír aunque sea un instante,
así que intentadlo, probadlo, de verdad.
Protégete: Píntate las uñas de los
pies.
Creo que "Petición popular" soy yo... x´D
ResponderEliminarMola :)
Como lo has notado??oh,gran aguja valiente??? Por supuesto q eres tu.siempre hago caso a las peticiones de mi público.besis
ResponderEliminarMentiría si dijera que no he pensado esto mismo alguna vez (luego se me olvida)
ResponderEliminarPor cierto, está bien que escuches a tu público. ¡Por fin alguien que lo hace! :) CLAP CLAP
Tatúate un post-it en el dorso de la mano y escribe las cosas que no quieras olvidarte. (como ésta por ejemplo).
ResponderEliminarEl espectáculo debe continuar.
Gracias por vuestros comentarios!! besis
Las uñas de los pies no volveré a pintármelas... pero el tatoo en la mano, no te diría yo... ;)
ResponderEliminarJajajaja. pues deberíamos ir patentando la idea, que no le vendría mal a más de uno y una. besis
ResponderEliminar